22 Enero 2012
ATALAYA FAMILIAR: EUROPA NECESITA NIÑOS
“El problema de Europa: no nacen niños”. Así titulaba una amiga la información que, recogida de una publicación, compartía en facebook hace unos días. Completaba ese titular con una segunda frase que decía “si no nacen más niños, nos dirigimos hacia la decadencia y la ruina”.Me decidí a escribir sobre el tema y en eso estamos, pero antes os invito a realizar un recorrido por lo que otros dicen sobre el asunto porque realmente lo que encuentro no dejan lugar a dudas sobre que nuestro continente se encuentra inmerso en un envejecimiento de la población unido a un descenso de la natalidad. España, lógicamente, no es ajena a este fenómeno. En el libro “La cuna vacía" se puede leer: "Para las naciones, al igual que para los individuos, no tener hijos presenta muchas ventajas, al menos hasta que uno se hace viejo". Sobre esto he encontrado un comentario en Aceprensa del que extraigo lo siguiente: Muchos economistas creen que la bajada de la natalidad facilitó el despegue económico de Japón y otros países asiáticos, al reducir la tasa de dependencia. Pero con el tiempo se produce un envejecimiento de la población que trae nuevos problemas. El principal es que hay cada vez menos activos para sostener a cada vez más viejos, lo que afecta a la Seguridad Social y a las mismas familias. "Si uno no tiene hermanos, como es cada vez más frecuente en gran parte del mundo, no tendrá a nadie que comparta la carga de cuidar a los padres cuando sean mayores".
El Instituto Max Planck, que se dedica a investigaciones demográficas, en uno de sus informes, comentado por lavozdigital.es, dice que:
- Salvo en los países nórdicos, Gran Bretaña, Francia e Irlanda, ningún otro país de Europa se acercan a la tasa para mantener el actual nivel de población en el continente. Al llamado nivel de remplazo de 2,1 nacimientos por mujer sólo se acercan los países citados
- Los porcentajes de nacimientos son más elevados en el norte y occidente de Europa que en el este y el sur, como en España que tiene uno de los índices más bajos.
La explicación que dan los sociólogos a este bajón nacimientos en el continente europeo es que se aplaza hasta una mayor edad la formación de una familia, en muchos casos por la inseguridad laboral y unos estudios prolongados.
En los países nórdicos, donde la infraestructura para el cuidado de los menores está muy desarrollada y donde los hombres asumen con más frecuencia las tareas del hogar, la decisión de procrear es mas fácil”. Además, “el cambio cultural y de valores que se produjo en el norte y occidente de Europa en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado en relación con la fundación de familias condujo a un fuerte descenso de la natalidad. Sin embargo, esa tendencia se ha invertido y la hasta ahora negativa relación entre el cambio cultural y de valores frente a los índices de natalidad adquiere ahora un giro positivo” (Revista Demographic Research)
El instituto de Rostock destaca que la inmigración desde terceros países ha conducido a una mejora de los índices de natalidad en Europa como es el caso de España, Portugal, Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Posiblemente la actual crisis económica reduzca esta mejora, ya se está notando.
En lo que se refiere a España los datos del INE muestran que la crisis demográfica española era una evidencia subyacente enmascarada por la inmigración.
La razón principal de esa crisis demográfica, según Fórum Libertas, es la baja natalidad, cuyo descenso, junto al de la fertilidad, también constata la información facilitada por el INE. Y las causas del descenso de la natalidad en España tienen que ver con tres factores:
- La edad tardía en que la mujer se casa, que la sitúa en una perspectiva difícil de tener un segundo hijo.
- El materialismo práctico que impone una serie de condiciones antes de tomar la decisión de tener un primer hijo, como adquirir un piso de propiedad e incluso una segunda residencia, tener coche o simplemente tener resueltas las vacaciones.
- El tercer elemento es el peso del aborto, que representa ya uno de cada entre cuatro y cinco nacimientos, dependiendo de la Comunidad Autónoma.
En este sentido, las consecuencias del aborto y la carencia de natalidad tienen unos graves efectos sobre el sistema público de pensiones y causa verdaderos estragos económicos, según advirtió recientemente el Instituto de Estudios del Capital Social (INCAS) de la Universidad Abat Oliba CEU.
No quiero cansaros más porque, aunque no he querido abrumaros con números sino ceñirme más a las opiniones , pienso que no hay dudas, la natalidad en Europa ha descendido en los últimos años hasta unos niveles realmente preocupantes, y va a más.
Después de tantas citas ajenas no os dado mi opinión al respecto. He querido traer antes una muestra de que, mires por donde mires, tenemos un problema. Podría seguir poniendo citas de unos y otros pero esto ya se sale de la extensión que me tengo marcada.
Sirva lo aquí escrito como una breve introducción de un próximo artículo en el que continuaré abordándo este tema de la natalidad desde la perspectiva de unas ideas más personales.
Alejandro González(El Vigía)
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